Con la llegada de lluvia se da por terminada la temporada de recogida de resina; el agua expulsa la resina de sus recipiente –esta flota como si de aceite se tratase- y hace inviable su recogida.
La producción ya está vendida, pero aún depende de las penalizaciones (por impurezas, por calidad de la resina, etc.) el importe que facturará cada explotación.
Este era el primer año y no hay referencias de ningún tipo, pero esperemos que a todos les salga rentable la temporada y al año que viene se pueda repetir.
Sería muy buena noticia: Unos puestos de trabajo vinculados a lo forestal, con lo que ello significa en cuanto a arraigo y consumo indirecto en el resto del pueblo –y de la zona, pues venían de Herrera y Helechosa- y mantenimiento y valor de nuestro patrimonio forestal.
Y muchas gracias a Julián por las fotos.
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