En las fotos que acompañan a esta entrada veis unas setas, pues diréis como yo he dicho toda mi vida: “pues muy bien, setas”. Mira tú por dónde, esas son un tesoro micológico, son “boletus edulis” y “boletus bayo”.
El otro día, sábado por la mañana, día de Todos los Santos, cuando llego a La Plaza, después de un tranquilo paseíllo por el campo, para abrevar en dónde ya podéis imaginar, me encuentro con algunos paisanos que llevaban setas y me dicen algunas clases de ellas. Yo desconfío de mi habilidad y por desconocimiento no me ilusiono, pero toda la tarde no dejaba de rondarme una idea, no “se me cocía el bollo”.
Desde chico yo a setas como aquellas que acaba de ver, había estado dando le patadas, por no saber su valor. Ahora que mis gustos y aficiones o tendencias han ido cambiando con la edad, empiezo a apreciar un buen vino y algunos platos, uno de ellos son la setas, pero sólo conozco el níscalo famoso y en los últimos años la macrolepiota o parasol.
Claro está como buen setero, no os voy a descubrir el “rinche”, pero si animaros a probar con nuevas especies, pues dicen que los níscalos son de lo más malo que por ahí podemos encontrar.
Así es que, Bon apetit.
JC Molina.
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