La semana pasada puse una entrada sobre los pistachos, que están entrando en la comarca como un nuevo árbol, ante la poca rentabilidad de olivos en el presente; y la amenaza del cambio climático (en su vertiente enfermedades, que se simplifica demasiado y se nos habla de ello como si sólo fuera un fenómeno de temperatura) que amenaza con destruir encinas y alcornoques a través de lo que llaman La seca, hongo microscópico que estrangula al árbol desde dentro. Y que resulta invisible desde fuera. Por lo que, cuando se detecta ya es tarde, y se ha transmitido a los alrededores.
Hoy completo aquello con dos textos. El primero es un artículo de El Diario, sobre un proyecto en Plasencia que trata de buscar las causas de porqué algunos ejemplares son más resistentes, usar esas claves y aprovechar para hacer una selección natural para futuras repoblaciones.
La segunda parte es más técnica y mucho más preocupante. Es una revista del Jardín Botánico, que nos ha facilitado Paco, donde se nos habla de los distintos escenarios previstos sobre el cambio climático en España. (Pinchando sobre la imagen os lleva al pdf completo y lo podéis leer y descargar). En el se nos habla de El incierto futuro del alcornoque , con la población cayendo de forma continua. Y en el peor escenario desapareciendo de Extremadura y Andalucía en torno a 2050.
Hasta ahí todo muy abstracto y muy alejado. Un ejercicio de “y a mí qué”. A ver si consigo meteros en la foto:
- Por un lado el mejor o peor escenario previsto en buena parte viene por nuestras acciones y nuestra concienciación con el entorno, y exigir políticas medio ambientales que conserven nuestros pueblos.
- Por otro –si no conquisto vuestros corazones, lo intento con vuestros bolsillos- vamos a por la rentabilidad. Si pudierais comprar oro, bitcoins o algo que vaya a subir de precio durante diez años ¿Invertiríais? Pues bien, Villarta es una isla, y en este caso la despoblación hace de muralla natural ante lo artificial y lo peor de la presencia humana, ese aislamiento permite que tengamos animales y plantas únicas, y pureza en el ambiente y terreno. Pues bien, ante ese entorno de amenaza de nuevas plagas –si contamos con agentes forestales y demás medios para una gestión correcta y prevención- podíamos ser siendo una isla, pero para mantener la biodiversidad y tener algo que nadie más tuviera. Invertir en algo que sería escaso en todo el mundo, tener una mina de árboles a cielo abierto.
En fin. Ya me diréis que opináis, es un tema difícil. También os dejo el enlace a la revista del Jardín botánico al completo. Supongo que a alguno os puede interesar, y mejor calidad en la información imposible.
Como siempre pinchar sobre la imagen para ir a la pagina web.
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