Por fin, las erillas tendrán focos. Se podrá jugar cuando el calor caiga –aunque le moleste al Sol- y alejarnos de la dicotomía de empezar a las 7.00 el torneo o reducir los partidos a su mínima expresión.

Nos tendrán que decir como funcionar a partir de ahora. Si se dará a una hora fija, si bajo petición, etc. Adaptarnos a un lujo nuevo, problema menor.
Lo de juntarnos para un Santo-Plaza; un torneo 24 h, o cualquier subespecie de fútbol -viendo la escasa presencia en las erillas- ya me parece un sueño irrealizable. Por lo tanto, ni lo plasmo en palabras en esta entrada. Me conformaré con pensar que estamos mejor que antes. Y que tal vez con este nuevo invento que llaman luz eléctrica, pueda surgir un pionero que opte por desarrollar él/ellos el torneo sin esperar a que el ayuntamiento -o el monitor de la mancomunidad- les solucione sus ganas de fútbol (bah! Esto tampoco es creíble, mejor ni lo escribo).
Total: Que tenemos nuevos focos. Que estamos mejor que antes. Y que tal vez me lleve una tortilla y un ajoblanco a las erillas estas noches, para ver las estrellas. Estáis invitados.
**Nota del traductor:
El autor escribe esta entrada desde una lejana ironía. Desde ella trata de contrastar las pequeñas mejoras técnicas y de bienes con el desinterés poblacional en zonas antes ricas en deseos y pobladas de impulsos. De este contraste ente mejoras materiales y perdida espiritual surge una tierra inerte, pues no se aprovecha la simiente que se reclamaba, naciendo futuros muertos. Siendo el espíritu gratis, se debería abonar el futuro de intenciones, y no reclamar bienes materiales.
Si no se supo transmitir ello desde el origen, disculpen al autor, la culpa ha sido mía. 😝