lunes, 2 de marzo de 2020

Fábrica de ideas, miel y ultrasonidos.


Me pasé muchos años comprando la revista Emprendedores, ahora cuando puedo veo Fábrica de ideas, en la 2. Ambos son soportes que tratan de dar publicidad a innovadores en distintos sectores. El pasado noviembre vi un corte sobre un invento que mejora –e innovaba- el proceso de conservación de la miel.
 No pasaba de ser un frikada mía, hasta que me he encontrado con esta otra noticia, y me he acordado de los vecinos de Fuenla.

http://www.rtve.es/television/20191118/fabrica-ideas-tve-pgm-7-undecima-temporada/1991170.shtml

Liquam es un proceso que licua la miel con ultrasonidos. Ojo, miel (tradición, naturaleza, abejas, etc) y ultrasonidos. Dos mundos alejados por miles de años, aparentemente.
Pero algo más. Hasta ahora –según nos dicen- el proceso para la conservación de la miel se trata en la pasteurización (calentarla a 80º para no destruir las proteínas, pero sí patógenos  y dejarla enfriar). Aquí aplican ultrasonidos y se supone que mejora el producto final. Hasta ahí todo correcto.
Pero que no pasen sin más otras vertientes económicas que se desglosan en el reportaje. Ellas han invertido más de 2 Mills de euros en desarrollar la tecnología (barrera de entrada al mercado) y es para productores de al menos 90 toneladas de facturación (90.000 kgs son bastantes colmenas, creo). Se enfrenta tecnología y tradición, volumen industrial y pequeños productores.
Una mejora, que debido a la estructura de mercado de la alimentación, puede ser una amenaza para los productores tradicionales. Todo dependerá de si un gran agente –distribuidor que concentre poder- vea posible hacer ver a los clientes que esa miel es mejor; devaluar la tradicional y hacer que todos pasen por el aro.



Y aquí entra la segunda parte. Una reivindicación desde hace años de las asociaciones de agricultores y ganaderos: la trazabilidad. Que el cliente pueda saber de donde son esas fresas, patatas o miel.
Actualmente te pueden vender (te venden, vamos) miel de china –con sus antibióticos, sin calidad, con harina o agua- poniendo que es miel de España, con tan sólo meterle un 1%. Si hay un pelín, ya es todo.

https://elpais.com/economia/2019/11/17/actualidad/1574011049_558990.html


 Los productores quieren que las etiquetas detallen y ofrezcan más información, pero el mercado de la distribución perdería el monopolio, y grandísimos márgenes pues el consumidor preferiría el producto español o europeo, lo que dejaría fuera a los productos de mala calidad, y le daría más poder (y pasta) al productor frente a las grandes superficies.
Total, que no. Que mejor que el consumidor no sepa, que está muy feo que la cadena de valor se imponga al monopolio.
El que quiera calidad, que se la busque fuera de las grandes superficies. (Y se lo consentimos, cualquier cosa con tal de mantener la comodidad que nos ofrecen).


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