Como a todas las abuelas, y nuestras madres también, no nos engañemos, a la mía le hacía mucha ilusión que encontrara “…una mujer guapa, rica y con buenas condiciones!”; y aunque en mi caso particular ya se veía hace tiempo que que no iba a ser culo de buen asiento, mi abuela no cejaba en animarme a que buscara una buena novia, y ella tenía buenas candidatas para mí, algunas con buenos olivares y huertas (¡no te vayas a creer!).
El caso es que la mujer murió sin verme recadeao como Dios manda, esa pena que se llevó a la tumba, pero es que yo nooo… quería casarme!, que le vamos a hacer!!!
A pesar de lo mal hablao y lo mal mandao que era, pues me quería, y durante mucho tiempo, cumpliendo con una vieja tradición me hizo mi ajuar de boda, dos magníficas colchas de ganchillo, de buena estambre, para dos camas de soltero, o eso creía yo, por que la pongo en mi cama de 1,35 y la cubre sin ningún problema!!!. ¿Cuantas horas se habrá tirado la mujer sentá al brasero, o al sol o al fresco del patio hasta que finalizó la tarea?, ¡solo Dios lo sabe! pero muchas muchas seguro; con unas gafas de pasta negra que compró sin graduarse la vista ni nada por que “…pa qué , si con esas veía muy clarito…!!!”
Y aquí dejó su obra para mí, ingrata juventud, que no apreciamos estos trabajos y acaban en un altillo del armario, en una bolsa debajo de mantas y edredones nórdicos o albaceteños, a saber donde se fabrican…; para que el tiempo las amarilleen lentamente…
Pero en algo puedo reparar mi falta, puedo abrir la bolsa, sacar las colchas a la luz, hacerles unas fotos, publicarlas en un blog, poner el enlace en Feisbuc y presumir de colchas y abuela, que la tía R. era una mujer bien templá y muy trabajadora…, ya contaré en otra ocasión como estaban sus bidones de aceite y tinajas de relimpias ¡redios!.
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3 comentarios:
Aun cuando vamos al pueblo me parece verla enseguia a recibirnos ,y con una botellica de vino pa ke lo probara el valenciano
buena mujer la tia rafaela
Yo también tengo aquí en mi colcha de ganchillo. La ponemos algunas veces,hecha por otra abuela.Pero ¡cómo pesa la j...colcha!
Yo iba muchas veces a comprar vino de pitarra a casa de tu abuela cuando era pequeño. Y siempre me daba una naranja.
ESSS
Que suerte, mis abuelas no me hicieron colchas, lo que si tenia una era una cama como esa tuya, que en su día no quise y hoy me arrepiento pero donde andará ahora.
También me llama la atención la pared seguro que la pintaste tu que tienes buenas manos como tu abuela.
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