Hay
quien no le gusta eso de cumplir años, no le gusta hacerse viejo.
Personalmente
entre cumplir años y dejar de cumplirlos siempre prefiero lo
primero.
Pasa
lo mismo con esta tontería de un mundo de ciudades ¿Pueden las
ciudades sobrevivir sin el mundo rural?
De
los 8,000 pueblos que hay en España, el 63% tienen menos de 1,000
habitantes. Es decir, el problema de la despoblación abarca casi dos
tercios de España.
No
es que nuestra Villarta esté malita, y nos de pena que se muera. Es
un problema global.
Somos
seres biológicos, dependemos del entorno.Aunque nos lo hayan hecho
olvidar.
Parece
que las ciudades prosperan y se mantienen en un vacío limpio de los
vicios y atrasos de otro tiempo. En el fondo solo son parásitas del
entorno.
Hemos
vivido en una época donde el desarrollo se basaba en el consumo
ingente de productos, que no reflejaban todos sus costes en el precio
(En economía:
Externalidades).
Es decir eran falsamente baratos, pues los costes de contaminación,
laborales, o de reciclaje los soportaba otro (o la naturaleza). Nos
hemos alejado de la vida biológica de los pueblos; y los pueblos
caen por el falso progreso (el muerto en la guerra siempre es el
pobre, el parásito queda reforzado y se hace con el botín).
¿Y
el valor que aportan los pueblos? ¿por qué no se contabilizan esas
externalidades positivas? Mantener una biodiversidad, un pantano que
dé electricidad a las ciudades, un bosque que sea sumidero del CO2
producido, cultivar los alimentos…. Asumir los costes de tener
ciudades. Dispersar la inmensa presión sobre los recursos que
implican las urbes (¿cuanto espacio requiere lo que consumes en un
mes? Tejido, alimentos y material. Piénsalo un instante) .
Hoy
traigo varios enlaces sobre el coste de la despoblación, y
conferencias donde se buscan soluciones.
En
varias de ellas se pone el foco en la gran importancia que tienen los
pequeños empresarios, -comercios tradicionales y emprendedores que
intentan crear- que son
claves para el arraigo, y raíz para que otros generen iniciativas
complementarias y casi un servicio público, sin ellos no hay pueblo.
Se
plantea una fiscalidad más beneficiosa para las empresas en los
pueblos, tratando de dar oxigeno a las ya existentes y atraer
pequeñas empresas a través de beneficios fiscales, donde sea posible.
La
presidenta de la Diputación de Cáceres pone el foco en la escasa
dotación de los municipios. Pide al gobierno que mejore esta
financiación; que se cambie la ley que impide superar un techo de
gasto aún estando saneado y viable (es decir prohíbe inversiones
fuera de los llamados gastos corrientes; y ata al ayuntamiento a la
supervisión de otros órganos).
pide que la despoblación se convierta en un factor preferente cuando haya que repartir los fondos que recalen en España. Los gobiernos locales se encargarían de gestionarlos.
Otros
reivindican el valor ecológico del suelo, las especies, la
superficie forestal y demás como activo frente a la amenaza del
cambio climático. Se plantea la necesidad de una mejor gestión
forestal -me acuerdo de los resineros- y el valor que tiene todo
ello. Es decir, darle un valor monetario, y que quede en el
territorio en forma de rentas y trabajo, lo que ahora solo es una
externalidad positiva y abstracta.
Aunque
sin duda -leídos varios artículos y textos- todos coinciden en la
importancia de ciertos pilares básicos, que sin ellos es imposible:
Internet de banda ancha y de calidad (Ocio, para los jóvenes;
información y negocio para todos), Servicios Públicos de calidad e
infraestructuras. Y lo más necesario de todo Actitud, rabia, no
dejarse morir, y organizarse en torno a algo. (en cuanto a esto
último: o se lleva muy en secreto y no me he enterado o… estamos
jodidos).