Sin duda alguna, el gran éxito de estas fiestas ha sido el poder comer churros de nuevo.
La nueva churrería –así la llamamos aunque sepamos que es mil cosas más- estaba siempre a tope. Además,lo han gestionado muy bien, porque en fiestas abrían sólo a partir de las 12.00 y centrándose en el chocolate con churros. Y aún así, fueras a la hora que fuesemos había cola.
Los churros fueron sufriendo un proceso de ajuste, auqne a mi siempre me estabn buenos. No sólo por el paladar, tambien por tener un nuevo destino y poder cambiar de ambiente de vez en cuando. Si no –leer el texto de El comité invisible- nos vemos atrapados en la plza toda la noche. Con orquestas atronadoras que no dejan ni hablar con el volumen 5 veces por encima de lo adecuado.
Además, se ha alabado el buen gusto y la estética de la churreria. Los detalles, la mesa de abajo, la terracita…..
Pasada la inauguración y las fiestas, ahora están a mil encargos previos. Con canelillas, dulces y demás. En cualquier caso ¡¡Larga vida a la churrería!! Su éxito serán nuestros churros (y unos puestos de trabajo más, más vida; e incentivos a seguir creando negocios sostenibles en el tiempo.)
En cualquier caso ¡¡larga vida a la churrería!!
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