El jueves empezaba –y acabó- el torneo de fútbol. Se desarrolló en una sola mañana, con 3 equipos. La lluvia no dejó de insistir a lo largo de la semana, por lo que pudieron darse por satisfechos al poder jugar, aunque fuese tan sólo una mañana. Pero no puedo dejar de pensar que el torneo se realizó por azar o fortuna. Me gustaría que hubiese sido iniciativa de los que juegan; organizado por alguien vinculado que coordina y lo intenta. No que tengamos que depender, de la buena voluntad, esfuerzo y tiempo, del monitor de la mancomunidad. Al que debemos agradecer lo que hace –por supuesto- pero me preocupa que un día no haya ese puesto o cambie la persona y no esté tan dispuesto, y con ello perdemos torneo y vínculos afectivos entre los más jóvenes. Cuando es algo que perfectamente podíamos desarrollar en Villarta (escribir nombres en un papel y hacer un sorteo, poco más), y dejar que Víctor descanse en su pueblo tanto en Semana Santa como en Agosto, que bastante coche tiene a lo largo del año.
Insisto, por propia fortaleza nuestra. Para que creemos un cambio de actitud interna, y un grupo capaz de generar acciones, no por ningún reproche a su labor.

Un buen ejemplo de cambio de actitud lo tuvimos por la noche. Los bares llevan unos años invirtiendo en actuaciones y entretenimiento (otra cosa es la coordinación, pues se juntaron ambas actuaciones la misma noche) y los bares estaban llenos, recompensa a su iniciativa. Tal vez demasiado pues era el día del ansia. La primera noche, cuando se riegan los reencuentros para al día siguiente portarse bien (hasta que el viernes se vuelven a recuperar los excesos).

Esperemos que se repita en el próximo puente, aunque tan sólo es en Madriz, y la Misevilla tan cercana me hacen que tenga dudas. En cualquier caso, disfrutada está, y perdón a quien no supe encontrarle tiempo.
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