Si por algo me gusta ir a la huerta o a los
olivos … (no me miréis así, ni que fuera el primer
hipócrita que veis 😝)
es por poder darme cuenta de esa ingeniería de lo imposible que nos recuerda que
sólo somos diplodocus rígidos, y que la evolución la llevan los insectos. Con
sus ojos fractales, alas transparentes que apenas existen, su escalada vertical
o alimentarse de tierra nuestros pequeños Aliens suponen casi la mitad del peso
de la vida en la tierra. Con una tasa metabólica demencial a nuestros ojos de
mamíferos, y una variedad de estrategias que nos resultan
inabarcables.
Esta semana Fany se dio cuenta que tenía una mariposa
singular en sus dominios. En concreto –según hemos googleado- la
mariposa más grande de Europa, la Saturnia pyri.
Somos privilegiados, pero hay que saber verlo. Estos monstruos
microscópicos son tan frágiles que apenas toleran la presencia de tóxicos en el
ambiente, por ello vienen a refugiarse a Villarta, pues nuestra isla les
permite –de momento- alejarse de fertilizantes, contaminantes y residuos
industriales.
elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/el apocalipsis de los insectos
Por ello me encanta ver aguisillos en la tierra de la huerta, oír
los motores de los abejonejos entre las patatas o ver estructuras con patas en
cualquier pared o hierba. Hoy Fany nos muestra lo bonita que es la escasez de la
que disfrutamos, pero cada vez que paseéis o vayáis a la huerta disfrutar de
esas bellezas micro, pues os están diciendo que en Villarta estáis a salvo, que
podéis respirar a gusto.
martes, 9 de abril de 2019
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