*Texto y entrada de Enero, pero opto por dejarlo tal cual a pesar del tiempo. Lo sigo considerando adecuado.
Me volví a refugiar en Delibes (el invierno se me hace largo, y a falta de lumbre me busco otros refugios para no sentirme vacío), y descubro con asombro Un mundo en la agonía. Libro de unas 50 páginas, que es en realidad una reflexión sobre el sentido del progreso en su obra (y su discurso de entrada en la Academia de la lengua). Pone en constante aprieto esta idea paleta de Progreso técnico, de como más dinero es más riqueza y más cantidad mejor.
Me volví a refugiar en Delibes (el invierno se me hace largo, y a falta de lumbre me busco otros refugios para no sentirme vacío), y descubro con asombro Un mundo en la agonía. Libro de unas 50 páginas, que es en realidad una reflexión sobre el sentido del progreso en su obra (y su discurso de entrada en la Academia de la lengua). Pone en constante aprieto esta idea paleta de Progreso técnico, de como más dinero es más riqueza y más cantidad mejor.
En cualquier caso, es obvio que las conquistas rutilantes de la técnica no bastan para ocultar sus miserias.
A través de su
concepto de “El culatazo” nos lleva al principio de que todo acción explosiva
hacia adelante tendrá un coste hacia atrás, y algún hombro debe parar (pagar)
ese culatazo.
O, El juego consiste en producir y consumir, de tal modo que enla moderna civilización, no sólo se considera honesto sino inteligente, gastar uno en producir objetos superfluos y emplear noventa y nueve en persuadirnos de que son necesarios.
Pero sobretodo me ha llamado la
atención como el discurso -naturalista, rural o como lo queráis tildar- parece
estar describiendo este 2020 ¡Es de 1975!!! Ya se conocen hace más de 40 años –a través de estudios
científicos- los efectos nocivos de los excesos actuales, y no se ha hecho
nada; porque a corto plazo nos iba bien, o porque a “nosotros” no nos afectaba
de cerca.
Pues aquí está, ya nos afecta. La crisis climática no es que haya un
par de grados más en invierno; afecta a lo invisible –a lo que somos más
vulnerables- a multiplicar la zona de actuación de enfermedades y patógenos, a
destruir lo autóctono a base de especies invasoras (e incontroladas, pues no
tienen predadores naturales), a eliminar acuíferos y llenar los montes de
madera seca/combustible potencial/chalets adobados para los parásitos, etc etc
etc.*
Echarle un vistazo al artículo,
ya tenemos casi la cuarta parte de los bosques españoles destrozados. Y seguiremos sin hacer nada.
*Sé que sólo se pone un etc, y
acabado en punto, pero era por darle más dramatismo.
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