Ni la lluvia ni el frio, te pones las ganas de guasa encima y te olvidas del mundo por un rato.
Alguien tenía que sacrificarse y hacer de soso para que el resto, por contraste brillara. Así que decidí hacer yo de soso –no es por presumir… pero se me da bien, porque negarlo. Y se me juntó con cansancio – y sacrificarme
Tuve que hacerlo muy bien, porque está gente estaban más salaos que las pesetas.
*Imágenes gracias a Marisol y Laura.
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