Basta mirar el gráfico para ver que el pantano está en mínimos. Ya no solo anuales –es verano- sino que los últimos años estamos por debajo de la media (móvil) de la década.
Solo prestamos atención a los árboles cuando arden (y salen en la tele). Y sólo damos importancia al agua cuando nos falta.
Antes de llover chispea, que se suele decir, pues antes de un problema de salud pública hay señales biológicas. En varios diarios se nos advierte que aguas cercanas a las nuestras ya hay peces muriendo por rebajar artificialmente el caudal ecológico.
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El chorro ya no mana como antes, y su agua ya no es pura. Las tierras no se aran y los acuíferos no se recargan como deben.
Si no nos vemos reflejados en el agua, y nos vemos ajenos al negocio de la vida seguiremos ajenos a nosotros mismos.
Repito –una vez más- que nuestra esencia y futuro pasa por la riqueza biológica. Lo mínimo es ser conscientes de ello.
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