Da gusto ver que cuando las cosas se organizan bien, la gente responde. Más de 150 ciclistas se apuntaron; buena parte gente de la zona, público más accesible –en cuanto a que no requiere el tiempo de desplazamiento- pero más difícil de movilizar (contradicción nuestra de cada día).
Los foráneos disfrutaron de la belleza del paisaje, y descubrieron nuestro entorno.
Ojalá y se pueda repetir esta marcha cada año. Y llegar a ser un clásico, con público fiel y que crezca. Una forma de atraer miradas y ponernos en la mente del gran público.
Nuestra zona es un paraíso para la biela.
*Y como aficionado a la bici, me mola mucho ver que en casi todos los pueblos se han creado clubs, lucen sus maillots y mueven sus fuerzas en acercarse a luchar contra cualquier kilómetro.
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