Han obligado a los medios a darles voz. Han conseguido que los telediarios y periódicos tengan que dar espacio a sus argumentos:
“por ser menos no tenemos menos derechos”
ha sonado hoy. Casi épico me parece que se haya podido arrinconar al circo diario a favor de los argumentos. Sé que durará poco –que tan sólo hemos sido una pincelada de folklore- y que los políticos y sus ficciones volverán a campar a sus anchas.
De momento disfrutemos de la pequeña victoria y armémonos de datos,
para que cualquier futuro pueda crecer en los pueblos. Por conseguir que la administración invierta y se consiga fijar población, que no se fie todo al (hipotético) turismo, que puede aportar pero por si mismo no es suficiente.