Cuando
estás embarazada no paras de ver embarazadas (Tranquilos. Es metáfora, yo estoy
gordo a secas). Y cuando estás leyendo cosas sobre pueblos, no paras de ver
noticias sobre la importancia del turismo como salvación del mundo rural.
…..(pausa
valorativa)….. Ni quito ni pongo rey. Es
decir, está bien, y es correcto el análisis desde cierta perspectiva económica.
Es cierto que desde la clasificación
clásica (agricultura, industria, servicios) la mejor forma de creer será por la
3ª pata, puesto que industria como tal* es muy muy difícil, y la
agricultura la tenemos subcontratada a la oferta mundial (espárragos chilenos,
fresas ¿¿en enero!! de china, etc.) y por lo tanto a precios** irrisorios.
Pero
–aun dando por válida esta hipótesis- ¿Cuántos
puestos de trabajo/familias supondría el despegue del turismo en un pueblo como
el nuestro? 3-4 familias, alguna más con el tiempo y expandiendo la oferta.
Que
sin duda sería un logro, y maravilloso,
pero no una solución para la totalidad. Por otra parte, un camino muy
difícil de recorrer, que necesita de unos pasos previos. Sembrar antes de recoger.
No se puede fiar el
destino de nuestros pueblos a que todos tengan turismo, y olvidarnos del marco en que se encuentran los pueblos. Es el
equivalente al cuento neoliberal de “tú eres dueño de tu situación”. Así si no
tienes carreteras, ni internet, ni médicos, ni escuela…. “La culpa es tuya, haber creado turismo”.
Y por el lado de la
oferta
(de lo que podemos hacer y depende de
nosotros) queda muchísimo por hacer. En el caso de Villarta, ni nosotros
mismos conocemos nuestro patrimonio. Para
poder venderlo fuera, debemos conocer nuestro producto. Y apreciarlo. Y
saber que estamos jugando con el pan de esas 3-4 familias; que, a su vez,
tienen niños en la escuela, compran a las tiendas, dan vida y crean puestos de
trabajo.
Como sabéis soy un paleto de ciudad. Sólo conozco Villarta
y Madrizz. Ni playa ni mucho menos salir de españa. Pues hace poco realicé mi
primer viaje –con mi boina y mi caja con cuerdas, off course- y fui a Barcelona. Y la ciudad… pues otra
ciudad más (llena de gente, tabaco y coches) pero en cuanto me llevaron a ver
entorno veías un cambio de actitud que me alucinaba. Desde la costa, hasta
pueblecitos del prepirineo había un respeto
hacía su patrimonio, una visión orientada al cliente, una inversión en pequeños
detalles que era impresionante. Insisto, era Barcelona (1,4 Millones), una
ciudad costera (5.000 hab, y más de 20 turistas por habitante. Ese día, rusos
era la oferta del día), y un pueblo de 100 personas en el pre pirineo de
Girona. Todos tenían en común que
poseían un relato bien construido. Tenían 2-3 puntos de apoyo sobre los que
mover su mundo.
Eso no lo tenemos en
Villarta
(ni casi en ningún lado). Tenemos deslavazao la pesca, el puente viejo, con la
caza, los paisajes, el castañal, la sierra del castillo…
No hay conexión ni
orden, ni un relato claro. Decir “Somos esto”. Dos tres imágenes que sirvan de
enganche, y luego desarrollar cada concepto; tener un relato sólido. Saber cuál
es la idea que hemos introducido en la
cabeza del consumidor, y por supuesto luego llenarles a experiencias
positivas.
Por
el bien de bares, tiendas, casa rural y nosotros mismos; deberíamos empezar a
trabajar en estructurar la oferta turística de una forma estratégica. Ir
preparando el terreno para sembrar a largo plazo. Ver como presentar nuestro
producto de la mejor forma posible. Somos una empresa en un mercado, si no
presentamos oferta es normal que no vendamos.
Añado a los enlaces el de
Balcón de los montes, y aprovecho para pedir perdón
a la Fidela y familia por no haberlo hecho antes. No sé porque me dio que
cerraron hace años, y estaba tan convencido. Hasta que en una conversación dije
que era una pena no tener casa rural en Villarta y me sacaron del error. Mis
disculpas.
*nota 1: No podemos
contar con la industria como grandes fábricas, pero sí como pequeña industria
de transformación. De conservas, por ejemplo. O vemos como Fuenlabrada ha
levantado un polígono industrial a base de miel. No toda industria tiene porque
ser gran industria ni grandes inversiones. Se trata de transformar materia
prima en productos listos para el consumo.
**Nota 2:
Precios irrisorios, me refiero al precio al bolsillo. No se suelen tener en
cuenta las externalidades, como contaminación necesaria para que unas fresas
viajen en avión atravesando medio mundo; o lo que se esconde tras “costes
laborales” en el tercer mundo para que nos salga barato al bolsillo. Esos
ahorros en externalidades es lo que están consumiendo nuestro futuro. No hemos
querido verlo mientras nos favorecía, ahora no podemos competir y no tenemos
trabajo.