miércoles, 31 de julio de 2019

sobre el turismo (I)


Cuando estás embarazada no paras de ver embarazadas (Tranquilos. Es metáfora, yo estoy gordo a secas). Y cuando estás leyendo cosas sobre pueblos, no paras de ver noticias sobre la importancia del turismo como salvación del mundo rural.
…..(pausa valorativa)…..  Ni quito ni pongo rey. Es decir, está bien, y es correcto el análisis desde cierta perspectiva económica. Es cierto que desde la clasificación clásica (agricultura, industria, servicios) la mejor forma de creer será por la 3ª pata, puesto que industria como tal* es muy muy difícil, y la agricultura la tenemos subcontratada a la oferta mundial (espárragos chilenos, fresas ¿¿en enero!! de china, etc.) y por lo tanto a precios** irrisorios.
Pero –aun dando por válida esta hipótesis- ¿Cuántos puestos de trabajo/familias supondría el despegue del turismo en un pueblo como el nuestro? 3-4 familias, alguna más con el tiempo y expandiendo la oferta.
Que sin duda sería un logro, y maravilloso, pero no una solución para la totalidad. Por otra parte, un camino muy difícil de recorrer, que necesita de unos pasos previos. Sembrar antes de recoger.
No se puede fiar el destino de nuestros pueblos a que todos tengan turismo, y olvidarnos del marco en que se encuentran los pueblos. Es el equivalente al cuento neoliberal de “tú eres dueño de tu situación”. Así si no tienes carreteras, ni internet, ni médicos, ni escuela…. “La culpa es tuya, haber creado turismo”.
Y por el lado de la oferta (de lo que podemos hacer y depende de nosotros) queda muchísimo por hacer. En el caso de Villarta, ni nosotros mismos conocemos nuestro patrimonio. Para poder venderlo fuera, debemos conocer nuestro producto. Y apreciarlo. Y saber que estamos jugando con el pan de esas 3-4 familias; que, a su vez, tienen niños en la escuela, compran a las tiendas, dan vida y crean puestos de trabajo.

Como sabéis soy un paleto de ciudad. Sólo conozco Villarta y Madrizz. Ni playa ni mucho menos salir de españa. Pues hace poco realicé mi primer viaje –con mi boina y mi caja con cuerdas, off course-  y fui a Barcelona. Y la ciudad… pues otra ciudad más (llena de gente, tabaco y coches) pero en cuanto me llevaron a ver entorno veías un cambio de actitud que me alucinaba. Desde la costa, hasta pueblecitos del prepirineo había un respeto hacía su patrimonio, una visión orientada al cliente, una inversión en pequeños detalles que era impresionante. Insisto, era Barcelona (1,4 Millones), una ciudad costera (5.000 hab, y más de 20 turistas por habitante. Ese día, rusos era la oferta del día), y un pueblo de 100 personas en el pre pirineo de Girona. Todos tenían en común que poseían un relato bien construido. Tenían 2-3 puntos de apoyo sobre los que mover su mundo.
Eso no lo tenemos en Villarta (ni casi en ningún lado). Tenemos deslavazao la pesca, el puente viejo, con la caza, los paisajes, el castañal, la sierra del castillo…
No hay conexión ni orden, ni un relato claro. Decir “Somos esto”. Dos tres imágenes que sirvan de enganche, y luego desarrollar cada concepto; tener un relato sólido. Saber cuál es la idea que hemos introducido en la cabeza del consumidor, y por supuesto luego llenarles a experiencias positivas.
Por el bien de bares, tiendas, casa rural y nosotros mismos; deberíamos empezar a trabajar en estructurar la oferta turística de una forma estratégica. Ir preparando el terreno para sembrar a largo plazo. Ver como presentar nuestro producto de la mejor forma posible. Somos una empresa en un mercado, si no presentamos oferta es normal que no vendamos.

Añado a los enlaces el de Balcón de los montes, y aprovecho para pedir perdón a la Fidela y familia por no haberlo hecho antes. No sé porque me dio que cerraron hace años, y estaba tan convencido. Hasta que en una conversación dije que era una pena no tener casa rural en Villarta y me sacaron del error. Mis disculpas.

*nota 1: No podemos contar con la industria como grandes fábricas, pero sí como pequeña industria de transformación. De conservas, por ejemplo. O vemos como Fuenlabrada ha levantado un polígono industrial a base de miel. No toda industria tiene porque ser gran industria ni grandes inversiones. Se trata de transformar materia prima en productos listos para el consumo.

**Nota 2: Precios irrisorios, me refiero al precio al bolsillo. No se suelen tener en cuenta las externalidades, como contaminación necesaria para que unas fresas viajen en avión atravesando medio mundo; o lo que se esconde tras “costes laborales” en el tercer mundo para que nos salga barato al bolsillo. Esos ahorros en externalidades es lo que están consumiendo nuestro futuro. No hemos querido verlo mientras nos favorecía, ahora no podemos competir y no tenemos trabajo.


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