Luego dicen que la virgen no hace milagros, pues la noche antes había algunos feligreses trabajándose la felicidad (con hielos) a base de conversación y cariño hasta altas horas. Y aunque parecía imposible, se levantaron e hicieron el camino hasta la ermita.
Amistades aparte, día agradable para andar. Y poca gente. Ritmo rápido –pensando en que van muchas mujeres mayores- y como es domingo, a comer y salir tirando.
Mil gracias a quien compartió su tiempo conmigo, y perdón a quien no pude ver. (y gracias a la virgen por el milagro)
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