Me pasé media semana mirando el tiempo en Villarta y esperando que no lloviera. Que hiciese un buen día y la gente saliera, viese lo que tenemos en Villarta y quedaran encantados; que repitieran y volvieran a domar caminos por su cuenta.
Al final ni pa noviembre ni pa mi. Pactamos un día nublado, con gotas intermitentes –ya las tenía preparadas, no le vas a decir que las tire a la basura- pero suficiente para rodar con garantías y sin demasiado frío.
De 170 personas inscritas, se presentaron unas 120 el domingo. Más que suficientes para disfrutar de cerros y compañía. Sobretodo cuando las últimas semanas no acompañaban –y hacían presagiar un día difícil- y la ruta es dura de narices. Bien lo saben bien los compañeros de Villarta Mtb.
Que 50 kms en Villarta no son el carril bici de Madrí. Y por si los mil trescientos metros de desnivel acumulado no son suficientes (los 67 kms del anillo ciclista de la villa de Madrid son unos 360 mts. Usease 4 veces menos en un 20% más de distancia) les hacían subir lo que mis compis llaman El mortirolo de Villarta; varios kilómetros de subida desde el pantano hacía El manzano, con rampas de hasta el 20% (una maravilla vamos).
Y como solemos hacer, a estas hazañas mandamos a nuestro mejor hombre. Nadie mejor que Enrique para enseñarles como se sube, que la cadencia –junto a la templanza, la fuerza y mil cosas más que los mortales aún no tenemos- es el truco.
Imagino que a más de uno (y de 100) se les atragantó esas cuestecillas tan nuestras. Pero entre maldición e insulto tendrían tiempo para mirar al pantano, flipar con el paisaje y al llegar arriba repasar la lista de a quien iba a reclutar para volver en verano.
Más allá de la marcha ciclista –gracias a la candidatura de Reserva de la Biosfera La Siberia- el pueblo se llenó de gente. Muchos de ellos comieron luego en los bares del pueblo, con vales de 10 euros, y ese ingreso extra es algo que deberíamos fomentar (especialmente los propios bares y comercios) desarrollando más actividades como esta. Crear, en lugar de esperar a que nos lo den hecho. Pero me comentan, con gran pena, que la gente del pueblo apenas se asomó, salvo 4 nadie apoyó, y que “a ellos no les importan los de las bicis”.
Es lo que hay, no nos importan ni los de fuera ni los de dentro. Y siempre “Que lo haga otro”. Incomprensible la verdad.
Fotos gracias a Paco, E y la Candidatura de Reserva de la biosfera La Siberia. En su Facebook tenéis un álbum con magnificas fotos, aquí el enlace.
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