Somos pobres por origen -en eso las regiones son como las personas, - y magnificados por el volumen de la masa. Igualmente las regiones ricas son las que eran ricas.
Pero a raíz de una conversación, y del siguiente enlace,
me planteo ¿Y si somos –aún- más pobres y olvidados por la falta de identidad?
Si la entrada pasada planteaba desarrollar una imagen y una identidad propia. A través de la historia, y de nuestros bienes culturales. Ahora planteo una hipótesis histórica: ¿Tenemos identidad como extremeños o tan sólo existimos como resto de la suma, como residuo histórico?

Teoría mía. Nada demasiado serio. Pero luego miro los mapas y veo que nunca hemos tenido una identidad definida, ni siquiera las administrativas.
Tal vez seamos prisioneros de empezar con desventaja. Tal vez la política económica de los últimos siglos (basada en polos puntuales de desarrollo. En 4 ciudades que ya mandaban, y sin sinergias ni un plan integral); más nuestra falta de identidad, que nos lleva a no reivindicar ni luchar por lo nuestro –porque no somos nosotros- es lo que explica que seamos el orgullo del tercer mundo.
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