Pues el siguiente artículo nos trae una ciudad conocida y grande, a medio camino entre Madrid-Castilla y Mérida-Toledo; no tanto en lo geográfico, sino en lo social. Ciudad que trataba de crecer como ciudad dormitorio para Madrid, con las características de las ciudades grandes de la meseta (Mérida, Toledo, Segovia) si excluyemos Madrid, claro.
Llegó a ser la 4ª de Castilla la mancha -que implica superar a 2 capitales de provincia- gracias a su cercanía con MAdrid, que atraía población en aquellos años de construcción sin fueros. Circulo virtuoso, que al atraer población crea servicios (bares y tiendas) y que ahora, al perder atractivo laboral pierde población, al perder población pierde servicios y atractivos y el circulo virtuoso del crecimiento se vuelve vicio público y se hunde la ciudad. Más aún cuando sabemos que el tamaño es clave para atraer inversiones, y sin inversiones no hay forma de salir del pozo.
En el fondo se trata de modelos de país. De como estamos, a que circunstancias debemos servidumbre y como queremos desarrollarnos. Pero es un debate de fondo, no se puede resumir en un eslogan ni una bandera. No fideliza clientes para el voto rápido, y puede que no estemos preparados para pensar por nosotros mismos. Mejor dejar que las megaciudades consuman carne rural, subvenciones e inversiones. De lo contrario tendríamos que hacer algo nosotros.
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