sábado, 22 de agosto de 2020

En estas fiestas que nacieron muertas, el 14 de agosto era invierno. Desde el cerrojo a la aldabilla sólo queda frío en las ilusiones.

Tras dos veranos donde aterrizaba cuando las fiestas acababan, este año me tocaba la parte bonita. Esperar a los amigos. Ir viendo –con una sonrisa- como van llegando los amigos.

De todo eso, sólo han quedado cenizas. Y mucha tristeza.

 imágen de: mmariasum

Esa tristeza se va a prolongar –al menos- durante 14 días más, según nos dijo ayer Bando móvil. Dado que los positivos han seguido subiendo, ya han muerto dos personas;  y a ver que nos encontramos cuando nos repitan los test a los que dimos negativo la vez anterior.

Y no es de extrañar. Pues aunque buena parte de nosotros trata de no salir de casa, y minimizar contactos, otra parte sigue actuando al margen de todo, pero con una mascarilla en la boca (a veces). Otros cumplen a ratos. Otros casi siempre pero.

 

Así, ante un bicho que se multiplica 10 veces más que la 1ª ola… podemos estar cerrados hasta el año que viene.  Así que –cuando pueda- tornaré la tristeza por rabia (si va a haber tiempo pa tó).

 

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