Bajo el titular de Estalla la burbuja de la miel (el titular es el cebo, y una vez más, poco tiene que ver con el contenido. Vende el envoltorio) nos hablan de los cambios que se están dando en la apicultura.
¿Sólo habla de abejas? Yo entiendo que a través de ese vehículo narrativo nos podemos enfocar en cosas que nos afectan.
Lo traigo aquí por varios motivos. Por medio ambiente todos sabemos que sin vectores polinizadores no podríamos permitirnos la flora y la vida actual. Tener a Fuenlabrada al lado que ha multiplicado su población y riqueza en base a colmenas , y para muchos era un modelo a copiar; si al vecino le va bien ¿Por qué no a nosotros?
Con la crisis mucha gente a tirado al autoconsumo, a aferrarse al campo. Que no da dinero, pero da de comer.
El artículo nos habla de como confluyen varios comportamientos, y como estos –intereses individuales- perjudican enormemente a los apicultores (aunque se hable de burbuja como exageración).
Se perjudica al precio, y por tanto al margen. Por la entrada de nuevos parados que se tiran al monte, y esto hace que ante la nueva demanda (poco profesional, pero ocupa) las tasas para instalar las colmenas suban; por otra parte la entrada de miel china tira por el suelo los precios (problema que se multiplicará por mil si entra en vigor el TTIP); los problemas de enfermedades (cambio climático) y el aumento de los costes por la inversión necesaria.
Si necesitamos población, y trabajo para ellos, vamos a tirar de recursos naturales. De una eficaz gestión de la marca (por cierto me licencié con la especialidad de marketing ) como la denominación de origen u otras herramientas. Y un tamaño y una inversión que nos permita optimizar costes. Dificil de realizar, al menos a mi entender. Pongamos nuestras barbas a remojar.