Un día mi padre me contó una historia curiosa. Me estaba contando una de las suyas; de cuando era joven, de cuando cazaba, de hace años cuando… y llega a un punto donde me cuenta que muy cerca del arroyo del Encinarejo había una fuente de Sal ¿Una fuente de Sal?
Si, si, una fuente de agua salada. Y venía gente de otros pueblos a curarse el lumbago. ¿Venían de otros pueblos?!!
Era una fuente famosa por la zona por curar esos dolores. Cavaban un pequeño lecho –como los jabalís- se llenaba de agua y se tumbaban para que el agua salada les cubriese el cuerpo.
Claro tal y como conocimos la historia nos pusimos a ver que pruebas encontrábamos. Lo primero orientarnos. Han pasado muchos años, y muchos años que mi padre no es mozo y no se patea los cerros cerca de los patatales. Su orientación se basa en recuerdos –así que ahí vamos regular-, que era paralelo al Encinarejo, cerca había dos Fresnos (llaman a la zona los fresnos mochos) y era un kilometro y medio (aprox) de el actual puente.
Teníamos pendiente una salida con la bici a ver la zona, un reconocimiento visual. Este agosto Manolo y Paco consiguieron sacarme de mis rutinas –gracias- y… nada destacable. Nada visto que pudiera orientarnos.
Desde la foto aérea (encima de este texto) tampoco vemos cambios o claros en la vegetación; los vestigios de las piscinas escavadas o una isla de otro tipo de plantas si quedaba reguero salado
Acudimos Paco y yo a ver si a través de un mapa geológico veíamos algún filón de Halita o cualquier roca salina, puesto que lo lógico es que hubiera algún depósito de algún tipo de sal muy cerca de la fuente, y que el reguero arrastrase la sal. Pero nada (mapa inferior)
Tendremos que ir otro día, no quiero quedarme con la curiosidad, pero si alguien conoce la historia de la fuente de la sal y nos sabe orientar se lo agradeceríamos.
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