Llevabamos dos días de fiestas, pero hasta que no se sube a la ermita parece que no empezamos las fiestas.
Más tradición que devoción, deduzco por las edades de quien acompaña a la virgen. Pero no es indispensable la mística divina para disfrutar de paseo y amigos. Al menos cuando yo iba me importaba más la compañia que la plegaría. Para eso sirve ese día; y a toro pasado debí haber ido, porque se me pasaron los días de fiesta y apenas pude conversar con los amigos. Y esas horas son ideales para reencontrarse con tiempo por delante.
Luego podremos entrar en si cada año hay menos gente, o si este año si que había gente esperándola en la peña del obispo, lo cierto es que en la imagen del dron (habrá varias entradas pos fiestas; y gracias a Andrés que es el dueño del bicho) se pasa de los 4 gatos que pareca a unos 117 personas acompañando a la virgen en la parada del puente. Como engaña la vist, y como nos dejamos engañar por el pesimismo.
Sea como fuere, el camino es bueno para el alma. La virgen está en el pueblo y empezaron las fiestas.
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