Como son 4 manchas lo que un pastor encontró en Altamira (claro que aquel trabajaba para alguien que pudo “Crear una marca” y tenía influencias); como son 4 chapas el Guggenheim y costó millones –en un plan deliberado para cambiar la marca de Bilbo. Y menos mal que no tiraron los 4 hierros que pusieron para la exposición universal en Paris a principios de siglo XX; habrían perdido millones de visitantes.
No quiero comparar la capital del villarteñismo con pedanías lejanas. Son otro contexto y probablemente no entenderían la comparación. Pero sí que quiero reivindicar la importancia de tener un patrimonio cultural; del libro de Jose Luis Ramos –espero que sigáis visitando su blog asiduamente-, nuestro puente viejo, la talla de la Virgen, La ermita o Santa Brígida.
En un contexto de economía de servicios, y siendo un país con millones de visitantes, es necesario entender que la gente viaja y visita una ciudad u otra por excusas. Argumentos de compra lo llaman los técnicos del marketing. Excusas, caprichos, autoengaños; como cualquier otra decisión del día a día.
Nos gusta pensar que somos seres racionales (**risas del público**), pero nos arrastran las emociones, y seguimos discursos creados.
Ciudades y pueblos de todo el mundo intentan crear un relato en torno a algún monumento icónico. Tiene que ser algo único, fácilmente reconocible, y sobre todo con una gran historia detrás (aquí entra la importancia de la labor y del libro de Jose Luis) que de contenido al monumento.
Mientras, tenemos que ver nuestro puente viejo cuando el pantano nos deja. Y perdemos Santa Brígida ahogada bajo agua y abandono; la iglesia rajada; los frescos de la ermita tapados para siempre.
¿Delirios creer que El puente viejo atraería turismo? Sin duda. Tan sólo abogo por darle importancia a nuestra historia. Por cuidar y conocer nuestros monumentos.
*La gente va a Pisa por su velodromo. Nadie en su sano juicio iría a un pueblo perdido por ver una torre mal hecha.
2 comentarios:
Buenas tardes:
Voy a completar el artículo de Juan Carlos, haciendo una sugerencia. Leyendo el de Herrera, se me ocurre la restauración de la fortaleza de la Sierra del Castillo. En mi libro he aportado todo lo que sabía, pero sería necesario implicar al área de Cultura de la Junta de Extremadura y la Universidad de Extremadura, que realizasen un estudio arqueológico del lugar. También solicitar fondos económicos de la Unión Europea para llevar a cabo todo el trabajo de estudio, desmonte y restauración. Esto también crearía puestos de trabajo, tanto en su ejecución como posteriormente, tanto directos como indirectos.
Un saludo
José Luis Ramos
Juan carlos:
Eso sería lo suyo. Que se invirtiera y se investigara. Que se generasen esos argumentos históricos.
En el museo veo cientos de piezas y si miras la ficha la inmensa mayoria de ellas proviene del Levante. Cataluña y Valencia se llevan la palma; algo Málaga. Y del interior apenas 1 de cada 50; de todo el interior, que es más territorio. Estamos auto-olvidados, y como somos pobres no se invierte en cultura, y como no se invierte en cultura perdemos mercado.
Publicar un comentario