lunes, 7 de octubre de 2019



Se me pasó rápida la mañana (y no pesó la noche del sábado, y ese ansia de Villarta que a veces nos perjudica), dar cuatro saludos y ya estábamos casi en el puente  ¿Ya?!!
Los más enrreas aprovecharon para cruzar por el Puente viejo (joder que bonito es, y que pena ver el pantano así de bajo).

 Opté por la prudencia –y mi alma no me iba a perdonar según qué perdidas- y seguimos por el camino grupal. De nuevo cuatro amigos y ya estábamos pisando el asfalto de las últimas rampas ¿yaaaa?! 
 
A las 12.20 entrabamos en la ermita. Tocaba esperar al cura para la misa. 

Según los filósofos presocráticos, el alma estaba en los tobillos (recordar las alitas de algunos dibujos animados) y el movimiento genera felicidad; yo debo tirar por ahí, se me pasan rapidísimo los paseos con charla. Y se me hacen eternisimas las esperas y liturgias. Y ahora toca esperar mes y pico para el puente de la constitución/navidad. Qué largo se va a hacer esto.

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