Durante el confinamiento se han visto imágenes de jabalís, corzos, etc. ocupando las ciudades a medida que los humanos dejaban espacio libre. Un expectáculo para quienes no suelen ver animales salvo encerrados. Nosotros si solemos ver a estos peludos con más frecuencia, incluso otros bichos alados igual de bellos. Igualmente nos maravillan. Imagino que a todos nos maravilla ver vida, algunos majestuosos como ciervos o águilas; otros con la rotundidad de un jabalí.
Aunque nuestro protagonista es un lagarto, un tanto especial, eso sí. Juancho empezó a asomarse -por el corral de mis vecinos- el verano pasado. Al principio con curiosidad, y se escondía ante la curiosidad de los niños.
-"mira papá, que bonito!"
Es un lagarto ocelado, común pero poco visible. Puede llegar a medir casi un metro. En este caso no era tan grande, pero de tamaño muy resptable.
La cosa es que el bicho se enseñorea en su belleza, y poco a poco se va haciendo dueño de su tiempo. Cada vez que hay jaleo, reunión o cena en el corral, él se asoma. Pide su cachillo de canelilla, jamón york o lo que le caiga, pero ya pide como si fuera uno más de la familia. Le falta cojer una silla y sentarse.
La fauna apareció en ciudades en cuanto los humanos dejarón espacio libre, en Villarta hay espacio para todos, y sabemos tratar bien a los vecinos. 😉
Pinchando sobre las imágenes podréis verlas a mayor tamaño.
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