viernes, 4 de abril de 2014

Una joya del pasado: relato del Doctor Blas Torrero

Arturo Molina nos envía un archivo curioso; las cuartillas del doctor Blas Torrero.
 Del que aún se guarda un buen recuerdo, al menos en mi familia, de él y de sus hijos.
El archivo pertenece a la Universidad de medicina, pero la traemos aquí no tanto por su valor científico –sobre las epidemias de 1904 y 1912- como por su testimonio de como era nuestra capital ha principios de siglo XX.
El doctor hace una procelosa descripción del entorno físico y de como eran las personas 
…. son en general bien formados, existiendo armonía entre su peso, talla y perímetro torácico,ágiles, alcanzando una talla media no elevada (1’57 metros), resisten bien las fatigas y privaciones debidas a la vida de montaña y a sus frugales comidas..        -Pagina 9-
así como de las casas tradicionales, que ha muchos les traerá recuerdos (ya sospechaba yo que vivía algo atrasado, yo vivo aun vivo en una de esas, no he de pensar en sepia sino abrir la puerta para vivir en 1905), igualmente detalla que había dos escuelas (una para niñas y otra para niños, ya sospechaba yo que muchos viven atrasados cuando nos quieren llevar a 1905 pero…), el cementerio viejo, la iglesia y de como él se veía incapaz de sujetar muchos brotes por las condiciones de vida del momento. Él doctor se describe a si mismo como un policía sanitario y detalla varias políticas para mejorar la salud de los villarteños; entre ellas la alimentación
“la vida en Extremadura significaba para amplias clases de población una continua lucha contra la escasez”   -pagina 8-
donde el cerdo era el mejor amigo del hombre, y las mujeres y niñas muchas veces vivían de pan y poco más.
También trata de la economía, o la falta de la misma, de la gente. Me llama la atención que, en épocas de escasez agricola, la migración era hacia
centros mineros próximos ”  -pg 10-
sin lograr entender cuales serían esos centros mineros –soy tan ignorante como el que más-.
Y destacar el revolucionario Real decreto 14 Junio 1891  -pg18-
…Estos déficits se trataron de paliar cuando “El Real Decreto de 14 de junio de 1891 impuso a los ayuntamientos la obligación de facilitar asistencia médica y farmacéutica gratuita a los vecinos necesitados y a los mendigos en tránsito. Pero las arcas municipales apenas podían atender estos servicios….
Toda una joya del pasado que no podéis dejar de leer, mil gracias a Arturo de nuevo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Vivian en la calle real, abajo. Junto a la casa de los cucios, enfrente lo que fue durante años la tienda de la enriqueta

Anónimo dijo...

Con el nombre de este hombre se llamo la calle real desde la plaza hasta donde estaba la fuente, y otra cosa es Torrero o Torrelo.

Anónimo dijo...

Muy interesante. Mina cercana sera almadén? O quizas se refiera a otro tipo de minas mas tipo cantera....

En bohonal tambien habia una mina pero no se que mineral sacaban ni cuando se dejo de explotar....