Y hoy hablamos de ganadería, en realidad de cooperativas como forma de subsistir en el mundo rural. Nuestras raíces están en los pastores, en la mesta y en los pastos; la trashumancia se asentó dando origen a una población estable. Hoy el sector ganadero (ya hemos hablado varias veces de la falta de regeneración, no hay relevo para los que se jubilan, etc etc) ha caído en picado, el artículo habla de cerca de un 30% y está muy fragmentado. Muchos productores pero con poco numero de cabezas y poco eficientes.
El texto nos habla de pequeñas cooperativas que se asocian en otras mayores –cooperativas de 2º grado, como la de Fuenlabrada- para competir en mercados exteriores. El sector agroalimentario es la industria fundamental en el mundo rural –las cooperativas dan empleo a unas 100.000 personas según el artículo, el 60% de la producción total agraria- y el tamaño de nuestra industria es clave para la competir (de la industria total y de la agraria tambien) y uno de los principales fallos de nuestro tejido económico.
Es fácil decirlo y difícil cooperar y confiar el fruto del trabajo propio en otros, pero o nos integramos en cooperativas o tenemos otro factor de riesgo para Villarta. Cada vez habrá menos trabajo, y si Villarta nació apoyado en la ganadería es porque la naturaleza lo permite y lo favorece. Contamos con extensión, recursos naturales –ahorro en pienso y costes- y tecnología (conocimientos ancestrales o Know how) que se está perdiendo; pero solo con eso no llega, al menos no a largo plazo.
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