domingo, 9 de septiembre de 2018
y por las noches
“Y por las noches haremos lo de siempre, porque nos gusta y porque nos divierte” cantaban Los ronaldos, y en Villarta seguimos esos acordes.
La discoteca abrió 2 noches (una de las dos discotecas); el botellón monopolizaba el ruido y los jóvenes; y el resto a primera hora podíamos alucinar con las estrellas si optábamos por un paseo por la carretera o las colchonetas y castillos si eres padre o tienes enrreillas a cargo.
Por supuesto, un años más, los padres hechaban de menos un chiringuito, un kiosko o algún sitio donde aparcarse junto a otros padres en lugar de estar pastando de pie. Pero ya llevamos años viendo como perdemos diversidad en las fiestas, y parece que tiene mala solución la cosa.
A partir de las 3.00 estábamos condenados a la plaza. A sentarte y mirar; resignado a ser sujeto pasivo (si tienes buen entorno social, estás de suerte. Si no, otro que intentará no volver a Villarta al año que viene).
Parte del éxito de La churrería viene de esa pobreza de opciones en el ocio. Con La churrería ya tenemos una excusa para movernos, para cambiar cuando la dinámica social se ha agotado. ¿Vamos a unos churros? (¿Cambiamos de lado?). Demandas de ocio hay, pero la oferta no incentiva. ¿En Villarta el cliente no tiene la razón?
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