jueves, 6 de septiembre de 2018

Torneo de fútbol

DSC_0087Decepción total en el torneo. En los años anteriores siempre descubríamos alguna sorpresa agradable o la evolución asombrosa de un chico que ha desarrollado su fútbol.

Este año no lo he visto –puede que seaDSC_0098 yo, o mi estado de ánimo- y lo que vi no me gustó.

Los partidos que vi me asombraron por planos. Se nos ha acostumbrado a ver los chispazos de la técnica –una cerilla en la oscuridad, que brilla un instante- y se desdeña la capacidad táctica de interpretar la jugada. 

DSC_0058Así vimos varias jugadas de 3 contra 2 (ventaja en  ataque) que no se supieron resolver. Ya no acabar en gol, ni siquiera llegar a posiciones de tiro. Tampoco se supo leer el tiempo en ninguno de los partidos que presencié, cosa que puede ser comprensible para los chicos o quienes no compiten, pero ya escama pasando de los 18 la mayoría de ellos.

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Pero lo más preocupante –otra cosa que copiamos de la tele, siempre más atenta a los detalles que a los fundamentos- fue la actitud general. Más preocupados, en general, de quedar bien o mostrar una extraña hombría que de jugar, crear ventajas, leer el partido.

Así, con esos dos ejes (más técnica que táctica, y actitud viciada)  vimos, por ejemplo, caer a El santo en semis por errores groseros en la salida del balón. Y cuando se encontraba por debajo del marcador precipitarse hacia la derrota a base de repetir esos errores hasta el infinito. Prisas por llegar arriba con muchos hombres ¿¡Sin el balón?!!

Y para colmo, olvidarse de jugar e intentar pegar palos como si con ello lavaran la imagen (puta tele y puto orgullo, cuanto daño han hecho).

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Se repitió la película en la final. Partido lento, más sólido en defensa por parte de ambos, sin ritmo y sin combinación. Tan sólo alguna acción puntual, con una carrera individual y muchos malos modos. Se podría pensar que fue un calentón puntual o exceso de competitividad, o que pudo el ansia de balón; pero acabado el torneo no se volvió a jugar en las erillas. Tantas ganas de fútbol no había, más bien miedo a perder y al que dirán.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te ha quedado muy bonito el discursito, pero hay que darse cuenta que aquí al fútbol juegan cuatro gatos durante el año.

Anónimo dijo...

No veo que relación hay entre que se juegue poco y el comportamiento individual de cada uno. ¿Si se jugase todos los días sería más deportiva la gente?

Anónimo dijo...

Joerrrr pues a mi me gustó y me sigue gustando que se juegue y tengamos otra actividad más, a ver si se animan más equipos y podemos ver más competencia