Decepción total en el torneo. En los años anteriores siempre descubríamos alguna sorpresa agradable o la evolución asombrosa de un chico que ha desarrollado su fútbol.
Este año no lo he visto –puede que sea yo, o mi estado de ánimo- y lo que vi no me gustó.
Los partidos que vi me asombraron por planos. Se nos ha acostumbrado a ver los chispazos de la técnica –una cerilla en la oscuridad, que brilla un instante- y se desdeña la capacidad táctica de interpretar la jugada.
Así vimos varias jugadas de 3 contra 2 (ventaja en ataque) que no se supieron resolver. Ya no acabar en gol, ni siquiera llegar a posiciones de tiro. Tampoco se supo leer el tiempo en ninguno de los partidos que presencié, cosa que puede ser comprensible para los chicos o quienes no compiten, pero ya escama pasando de los 18 la mayoría de ellos.
Pero lo más preocupante –otra cosa que copiamos de la tele, siempre más atenta a los detalles que a los fundamentos- fue la actitud general. Más preocupados, en general, de quedar bien o mostrar una extraña hombría que de jugar, crear ventajas, leer el partido.
Así, con esos dos ejes (más técnica que táctica, y actitud viciada) vimos, por ejemplo, caer a El santo en semis por errores groseros en la salida del balón. Y cuando se encontraba por debajo del marcador precipitarse hacia la derrota a base de repetir esos errores hasta el infinito. Prisas por llegar arriba con muchos hombres ¿¡Sin el balón?!!
Y para colmo, olvidarse de jugar e intentar pegar palos como si con ello lavaran la imagen (puta tele y puto orgullo, cuanto daño han hecho).
Se repitió la película en la final. Partido lento, más sólido en defensa por parte de ambos, sin ritmo y sin combinación. Tan sólo alguna acción puntual, con una carrera individual y muchos malos modos. Se podría pensar que fue un calentón puntual o exceso de competitividad, o que pudo el ansia de balón; pero acabado el torneo no se volvió a jugar en las erillas. Tantas ganas de fútbol no había, más bien miedo a perder y al que dirán.
3 comentarios:
Te ha quedado muy bonito el discursito, pero hay que darse cuenta que aquí al fútbol juegan cuatro gatos durante el año.
No veo que relación hay entre que se juegue poco y el comportamiento individual de cada uno. ¿Si se jugase todos los días sería más deportiva la gente?
Joerrrr pues a mi me gustó y me sigue gustando que se juegue y tengamos otra actividad más, a ver si se animan más equipos y podemos ver más competencia
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